Todos tenemos pequeñas obsesiones y pensamientos, que consideramos normales y
pueden ser parte de nuestra personalidad. Pero se convierten en un trastorno
cuando nos causan ansiedad, interfieren en nuestra vida cotidiana, formando así
el trastorno obsesivo compulsivo. Estas compulsiones que acompañan a las obsesiones no son fáciles
de resolver, pero si éste es tu caso, los expertos proponen algunas medidas
básicas para ayudar a aliviarlas:
- Diferencia obsesión de preocupación. Pregúntate: ¿me vienen a la mente ideas,
pensamientos o imágenes fuera de control? ¿Se repiten a menudo? ¿Me crea un
gran malestar pensar en ello? ¿Son ideas que no debería tener? ¿Hago algún
esfuerzo, para así evitar las situaciones y eliminarlas? Si la respuesta a
alguna de estas interrogantes es afirmativa, quizá tengas una obsesión.
- Limita tus pensamientos. No pases todo el
día pensando en una idea obsesiva, proponte pensar en lo que te preocupa sólo
durante un tiempo determinado, por ejemplo en la media hora que tienes libre en
algún momento del día y nunca fuera de ese horario, esto te ayudará a seguir
con tu vida normal.
- Desacelera la ansiedad. En vez de correr a
ver si cerraste con llave o apagaste la luz, ve caminando despacio y podrás tener
más control sobre tu preocupación.
- Habla con un profesional. Si tu obsesión es
frecuente, eres incapaz de controlarla y te produce malestar, consulta a un
psicólogo o psiquiatra.
Una y otra vez
El trastorno obsesivo compulsivo es muy
frecuente, suele iniciarse desde la adolescencia y afecta igual a mujeres y
hombres. Si no se trata, llega a invalidar la vida del que sufre éste, ocupando
todo su tiempo y sofocando a las personas a su alrededor.
Los que padecen ésta enfermedad, la ocultan
durante años, creyendo que pueden controlarla, debido a la vergüenza o por
miedo a estar enloqueciendo. Por eso evitan comentar el problema con sus seres
cercanos o consultar al médico, hasta que ya no pueden disimular. La importancia de las obsesiones depende del grado
en que afecte la vida cotidiana. Normalmente estas personas sienten la
necesidad de que otra llene su vacío, por ende
tienen baja autoestima. Tienden a decir que tú eres el del problema, de
manera que te siguen en tu vida, y sacan a relucir cosas de las que obviamente
nada que ver: Me pasó con una chica en la red social Twitter. Ella aseguraba
que yo le copiaba los tweets, las poses en sus fotos y demás. Incluso publicó
unas imágenes de mis tweets (teniendo yo la cuenta privada), y desde ese
instante he dejado mi cuenta en Twitter privada.
Tratamiento:
Algunos eventos que pueden hacer a la persona
vulnerable a padecer este trastorno son la muerte de un ser querido, los
problemas con la pareja o el sexo, las tensiones en el trabajo, haber tenido
una educación restrictiva y carecer de un buen entorno familiar y social. El principal tratamiento del trastorno son los
antidepresivos junto con la psicoterapia, efectivos en siete de cada diez
casos. El papel de la familia y los más cercanos es fundamental para convencer
al obsesivo-compulsivo de que necesita ayuda, ya que éstos lo conocen bien y
con frecuencia padecen las consecuencias de su enfermedad.